sábado, 27 de noviembre de 2010

Proceso de inmigración de Alemanes a Chile.

A principios de siglo, la población chilena se ubicaba unos cuantos kilómetros a la redonda en torno a la plaza fuerte de Valdivia y los pequeños poblados de La Unión y Osorno. El resto eran selvas y tierras poco adecuadas para la supervivencia de las personas. Uno de los principales motivos de la emigración extranjera al sur de Chile fue la necesidad de expandir el territorio habitado por chilenos, a fin de protegerlo ante cualquier intento de ocupación.
El origen de la inmigración alemana en Chile se remonta a la denominada "Ley de inmigración selectiva" de 1845, que tenía por objetivo atraer a profesionales y artesanos para colonizar zonas del sur de Chile, entre Valdivia y Puerto Montt. La labor fue encargada a Vicente Pérez Rosales por mandato del entonces presidente Bulnes.
Los potenciales emigrantes padecían en su país las consecuencias de la Revolución alemana de 1848-1849, la cual no produjo la tan anhelada república, sino que guió a la nación alemana bajo el dominio prusiano, lo cual provocó una gran desilusión en parte de la población educada de tales estados alemanes, quienes no eran aún un país unificado sino un conjunto de pequeños estados. Se gestó así la atmósfera propicia para que muchos habitantes de Bohemia, Sajonia, Baviera, Alsacia, Silesia y otros alemanes consideraran seriamente la posibilidad de emigrar al nuevo mundo.
Una vez en Chile, los inmigrantes germanos lograron desarrollar una serie de actividades económicas, cambiando el panorama de las zonas sureñas de Llanquihue, Osorno y Valdivia. Una gran muestra de este espíritu constructivo y de su compromiso con su nueva patria adoptiva la dio Carlos Anwandter, cuando proclamó, al llegar, en nombre de todos los colonizadores:
"Seremos chilenos honrados y laboriosos como el que más lo fuere, defenderemos a nuestro país adoptivo uniéndonos a las filas de nuestros nuevos compatriotas, contra toda opresión extranjera y con la decisión y firmeza del hombre que defiende a su patria, a su familia y a sus intereses. Nunca tendrá el país que nos adopta por hijos, motivos de arrepentirse de su proceder ilustrado, humano y generoso..."
  Carlos Anwandter, inmigrante alemán, 18 de noviembre de 1851
Según algunas fuentes, de los 11.000 colonos que se establecieron en el país entre 1846 y 1914, apenas 5.600 lo hicieron de por vida.
La cultura alemana tuvo gran influencia en el Ejército de Chile, que a fines del siglo XIX adoptó la tradición militar prusiana, principalmente tras la Guerra Civil de 1891. El alemán Emilio Körner alcanzó incluso el grado de Comandante en Jefe del Ejército en 1900. Esta influencia también quedó patente en el área educacional y el comercio, así como en parte de las costumbres populares del país. Posteriormente, se produjo una nueva oleada de inmigrantes alemanes que se estableció a lo largo de todo el país, especialmente en Temuco, Santiago y las principales zonas comerciales, como en el caso de Horst Paulmann, quien, tras fundar un pequeño almacén en la capital de la IX Región de la Araucanía, logró formar Cencosud, uno de los consorcios empresariales más grandes del subcontinente. Otro caso es el de Artel, empresa dedicada al rubro de librería, arte, dibujo y papelería, que fue creada por descendientes alemanes que se instalaron en las cercanías de Osorno.
Resulta difícil contabilizar la cantidad de descendientes de alemanes en Chile a día de hoy, por la gran cantidad de tiempo transcurrido y porque muchos se han mezclado con chilenos y personas de otros orígenes desde hace más de 150 años. Algunas fuentes estiman que, a fecha de 2005, hay entre 150.000 y 200.000 chilenos con ascendencia alemana, de los cuales unos 20.000 conservan el idioma alemán.
Debido a que ciertas zonas del sur chileno estaban prácticamente despobladas, las huellas de dicha inmigración alemana son bastante notorias. Actualmente, los descendientes de esos primeros inmigrantes viven en su mayoría en las grandes ciudades, siguiendo una tendencia demográfica apreciable desde principios del siglo XX. De acuerdo a la OIM, en el año 2008, residen en Chile más de 6.400 inmigrantes alemanes.



BLANCPAIN Jean-Pierre, Les Allemands au Chili (1816-1945), Köln, Bölhau Verlag, 1974, XXXII-1162 p, 14 p.